La querella ciudadana contra Bankia llega a la Audiencia Nacional

La querella ciudadana contra Bankia llega a la Audiencia Nacional

La querella contra Rato ya está en los tribunales. Los grupos impulsores de la campaña 15MpaRato, que en un sólo día consiguió recaudar mediante microdonaciones toda la cantidad necesaria para iniciar el proceso, han aprovechado la entrega del escrito en la Audiencia Nacional para explicar los motivos jurídicos y políticos de la iniciativa en una rueda de prensa celebrada en plena calle.

Los distintos grupos relacionados con el 15M que están detrás de la querella contra el expresidente de Bankia y contra toda la junta activa en el momento de la salida a bolsa de la entidad han ido desgranando sus argumentos. «El diagnóstico que hicimos desde el 15M de la crisis es totalmente acertado, ni políticos ni banqueros quisieron escuchar y hoy estamos aquí para concretar lo que llevamos un año diciendo con acciones”, ha argumentado un portavoz del Plan de Rescate Ciudadano, un grupo de trabajo en red que impulsa una plataforma reivindicativa en torno a los servicios públicos, la renta y la vivienda.

Según han informado, la querella ha contado con cerca de 50 accionistas de Bankia que han aportado información. Juan Moreno de Acevedo Yagüe, el abogado que ha preparado el escrito, ha resumido la clave de la querella: la transformación obligatoria de las participaciones de miles de pequeños ahorradores de la entidad en acciones de la compañía que éstos no podían vender hasta agosto de 2013. Todo ello sin saber que Bankia había cerrado 2011 con 3.000 millones de euros en pérdidas y pocos meses antes de que la compañía perdiera hasta un tercio de su valor en bolsa.

“Lo que estaba quebrando como caja sigue quebrado como banco. Es necesario que se sepa que no se trata ya de una burbuja inmobiliaria, sino una burbuja bancaria”, ha declarado Yagüe en referencia a la operación mercantil y publicitaria que acompañó a la salida a bolsa en julio de 2011 de la entidad entonces presidida por Rodrigo Rato.

“Por cada 1.000 euros obtenidos en la venta” de las participaciones preferentes de estos ahorradores, “el dueño recibiría el equivalente a 750 euros en acciones”, según explica el resumen de la querella entregado a la prensa. Los otros 250 euros así transformados en acciones no los podrían vender hasta agosto de 2013 “a un tipo de canje que no se conoce”. Durante el primer trimestre de 2012, seis meses más tarde la salida en Bolsa, Bankia transformó más de 1.000 millones de euros de participaciones preferentes en acciones.

El escrito, cuyo contenido íntegro no se ha dado a conocer debido a “que contiene peticiones cautelares sobre algunas de las informaciones que incluye y demanda secreto de sumario”, incluye otros hechos irregulares como la adquisición de 12 millones de euros en activos de BFA, la principal matriz de Bankia, cuando ésta última entidad ni siquiera se había constituido legalmente, o la auditoría que la firma Deloitte entregó en junio de 2011 y que juzgó como solventes las cuentas de la entidad.

Catalizadores del 15M

La presentación de la querella ha estado acompañado de las intervenciones de diferentes grupos que forman parte del 15M. En la rueda han intervenido miembros de Iaioflautas, el grupo de mayores del movimiento en Barcelona, y representantes de los grupos que piden una auditoría ciudadana de la deuda a escala europea. En el caso de Bankia, han declarado éstos últimos, “podemos darle un valor social y reconocer que las viviendas vacías pueden ser tomadas por la población que ahora se encuentra desahuciada sin vivienda”.

También han hablado dos de los 13 pequeños ahorradores que se han sumado a la acusación. «Me siento estafado, presento la querella con el 15M porque confió en ellos. No en cierto sindicato ni en los partidos políticos que están presentando otras querellas», ha declarado. Según declaraba el abogado de Toma Tu Banco, otra de las iniciativas presentas, la incorporación de estos pequeños ahorradores a la querella supone un «hackeo jurídico» que suma más legitimad a la denuncia colectiva.

Fuente: Diagonal

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