Los pasados días 3 y 4 de enero el diario alemán Der Spiegel y el americano The Wall Street Journal publicaban una noticia que, aunque bastante difundida por la red, no parece haber tenido gran repercusión en los grandes medios.
El titular era demoledor “España ha saqueado en silencio el fondo de reserva de la seguridad social”, y en el artículo podíamos leer acusaciones tales como la ocultación por parte del gobierno de esta “maniobra” al resto de partidos políticos y por supuesto a la ciudadanía, que sin duda alguna es la verdadera “dueña” de ese fondo valorado en más de 65.000 millones de euros.
Ante la aparición de la noticia, fueron muchas las voces que desde los altos estamentos oficiales españoles corrieron a quitarle importancia, justificando que mientras España siga teniendo acceso a los mercados de capital no hay problema, además de argumentar que si la deuda está alta generará más intereses y de este modo el Fondo contará con más recursos para garantizar el sistema de pensiones a largo plazo.
Aunque la cifra nos pueda parecer inmensa, debemos saber que el presupuesto destinado a cubrir el sistema de pensiones durante 2013 es de 121.557 millones de euros, lo que equivale a un desembolso de 10.130 millones al mes, es decir, que el capital existente en el Fondo de Reserva serviría para cubrir las necesidades totales del sistema durante 6 meses.
Evidentemente la posibilidad real de tener que llegar a «vaciar» el Fondo en 6 meses es totalmente descartable, pero no la de utilizar una parte de él, como ya ha ocurrido en septiembre de 2012 cuando el gobierno utilizó 3.000 millones de euros sin especificar su destino.
La ley que regulaba como tenían que invertirse los recursos del Fondo de Reserva, estipulaba claramente que debía ser en productos de renta fija y que contasen con la calificación AAA por parte de las agencias de rating, basándose en la creencia de que esa era suficiente garantía para considerarla como una inversión segura, algo totalmente falso, tal y como hemos podido comprobar tras la caída de Lehman Brothers y de algunos bancos europeos que contaban también con la famosa triple A.
Parece lógico que tal y como está «montado» el entramado económico mundial, se invierta el capital del Fondo de Reserva para conseguir beneficios, o al menos para que este no pierda los recursos que tiene, ya que si no se «mueve» y se consigue cierta rentabilidad, este tendrá un valor menor año tras año.
Lo que también parece muy cabal es que si la situación económica es del todo inestable, se deba estudiar cuidadosamente como se invierte el capital del fondo, pues bien, la realidad es que lo mismo el anterior gobierno que el actual han estado cambiando la ley para poder continuar invirtiendo en deuda pública española, por mucho que esta fuese cayendo en su calificación y la prima de riesgo subiendo alarmantemente.
Los datos nos dicen que entre los años 2005 y 2008 se invertía el 50% del patrimonio del Fondo de Reserva en deuda pública de Alemania, Francia y los Países Bajos, y antes de esos años se invertía mayoritariamente en la adquisición de deuda española, algo que por aquel entonces no suponía mayor riesgo.
En esa época incluso se discutió sobre la conveniencia de externalizar la gestión de una parte del patrimonio del Fondo de Reserva y también sobre si se debería invertir en Bolsa, pero la llegada de la crisis en 2008 paralizó todos los cambios previstos y dejó muy claras las ventajas de las inversiones de bajo riesgo, que conllevaban también gastos de gestión muy bajos.
Hay que saber que hasta hace poco el Fondo de Reserva ha acumulado rentabilidades muy por encima de las que recibían los planes de pensiones de renta fija.
Volviendo al presente, parece bastante razonable pensar que es licito y apropiado el invertir el capital excedente del estado, en este caso del Fondo de Reserva, en cubrir una parte de las necesidades de financiación del estado comprando deuda, ya que así el gobierno dispone de más poder de gasto y por consiguiente de más recursos para poner a disposición del país, lo que ya no es tan razonable, al menos para nosotras, es que ese dinero se utilice para entregárselo al «pozo sin fondo» de la banca y mientras tener a la ciudadanía «abrasada» con más y más recortes.
Sabemos que nuestra deuda no está ni mucho menos en su mejor momento, y si como apuntan muchos de los grandes economistas independientes a lo largo del mundo, ni nuestra deuda ni la situación económica general van a mejorar, lo más seguro es que a lo largo de este año no nos quede más remedio que aceptar el «rescate», que muy probablemente vendrá acompañado de una «quita», lo mismo en la deuda pública que en la privada.
Además debemos tener en cuenta que al tener el 90% del Fondo invertido en deuda no tendríamos posibilidad alguna de maniobra para relajar la prima de riesgo y poder evitar de nuevo el rescate, y decimos «de nuevo» porque está más que claro que eso es lo que ha hecho el gobierno con su inversión actual de casi todo el capital del Fondo.
Pero claro, si el estado tiene en el momento de la quita invertidos, tal y como sucede ahora, más de 58.500 millones en deuda soberana, perdería directamente el porcentaje de la quita, con lo que el dinero que se reintegraría al Fondo de Reserva en el momento del vencimiento de la deuda podría haber mermado considerablemente.
Por desgracia aquí no se acaba el desastre que en breve se nos puede venir encima, para entenderlo vamos a ver como funciona y de donde provenían los «dineros» con los que se ha nutrido hasta ahora el Fondo de Reserva de la S.S., y porqué si la situación económica se mantiene como en la actualidad (sin especular con que lo más seguro es que seguirá empeorando durante varios años más) no solo es casi imposible que el Fondo vuelva a recibir ingresos, sino que lo más probable es que siga menguando a pasos agigantados.
El Fondo de Reserva se creó «de acto» el 15 de Julio de 1995 por una recomendación del Pacto de Toledo, aunque no empezó a recibir fondos hasta el año 2000, el fin de este fondo era atenuar en lo posible los efectos de los ciclos económicos y garantizar de esta manera el pago de las pensiones.
El Fondo se nutre en una gran parte de los excedentes de ingresos de las prestaciones de carácter contributivo y de los gastos de gestión que resultan una realizada la liquidación presupuestaria de cada ejercicio, y se completa con los excedentes de la gestión de las mutuas de accidentes laborales y enfermedades profesionales de la Seguridad Social pertenecientes a prestaciones de incapacidad temporal por contingencias comunes.
Aqui tienes un completo PDF realizado por UGT en el que se explica que es y como funciona el Fondo de Reserva de la Seguridad Social.
Esta es la publicación en el BOE de la Ley 28/2003 que rige el Fondo.
Se supone que la decisión sobre como se dispone de los activos del Fondo de Reserva de la Seguridad Social es de la Intervención General de la Seguridad Social, aunque en la práctica sabemos de sobra que esa decisión es tomada finalmente por el gobierno de turno, que es quien controla por así decirlo todas las instituciones del estado, por lo que no estaría de más legislar una normativa que instituyese una verdadera independencia de la Intervención General de la Seguridad Social respecto del gobierno, evidentemente pensar que eso va a suceder con el PP o el PSOE legislando es poco menos que creer en milagros.
Pues bien, los datos sobre la caída de cotizantes arrojan la escalofriante cifra de 787.240 personas menos dadas de alta en la seguridad social, bien sea del régimen general, autónomos, del carbón, del hogar o del mar, lo que equivale a un 4,57% menos que en 2011, y las expectativas de mejora, por mucho que el gobierno se empeñe en convencernos de lo contrario, son nulas, a no ser claro está, que el PP diese un giro de 180 grados y empezase de una «santa vez» a preocuparse por la ciudadanía, y en lo referente al tema que nos ocupa garantizase que los actuales pensionistas, y los futuros, tengan asegurada su cobertura.
No debemos olvidar que la última estadística publicada sobre el porcentaje entre cotizantes y pensionistas es de 1,82, la más baja desde 1997, y aunque este dato por sí solo no tiene porqué ser necesariamente muy malo; lo es, y mucho, si tenemos en cuenta que los salarios de los cotizantes son menores que en años anteriores, y nada indica que esa tendencia vaya a cambiar.
Solo tenemos que leer la última propuesta que ha llegado por parte de la patronal en la que pretenden que se instaure un tipo de contrato que tomaría como referencia el SMI, que actualmente está en 645,30 euros mensuales, para darnos cuenta de lo que nos espera en materia salarial.
Te dejamos el Real Decreto 1716/2012, de desarrollo de las disposiciones establecidas, en materia de prestaciones, por la Ley 27/2011, de 1 de agosto, sobre actualización, adecuación y modernización del sistema de la Seguridad Social (No debemos dejarnos llevar por los eufemismos del título de la ley, ya que se trata, una vez más, de mermar derechos y recortar prestaciones)
¿Y cuál va a ser el siguiente movimiento del gobierno ante este desolador panorama? Pues nada más y nada menos que anunciar una modificación del Pacto de Toledo, y por consiguiente del antes citado Real Decreto 1716/2012, que por cierto lleva en vigor unas pocas semanas, todo con el objetivo de endurecer aún más los requisitos necesarios para acceder a la jubilación anticipada o parcial, además de penalizar a los trabajadores y trabajadoras de más edad, entre otras «medidas».
Resumiendo y sin ánimo de ser tremendistas, la situación es tan preocupante que no solo debemos tener miedo a recibir una miseria, o directamente nada, el día que nos toque jubilarnos a todas aquellas personas a las que como a nosotras les quedan muchos años para cobrar una pensión, es que también deben empezar a hacerlo las que tienen esa fecha mucho más cerca.
Información Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: Los pasados días 3 y 4 de enero el diario alemán Der Spiegel y el americano The Wall Street Journal publicaban una noticia que, aunque bastante difundida por la red, no parece haber tenido gran repercusión en los grandes medi…..