Todos nos acordamos de aquellas películas de los años 40 y 50 en España, en las que veíamos cómo los censores cortaban el metraje si se introducían palabras “malsonantes” o mensajes “subversivos”. Todos pensamos que con la llegada de la democracia, todo tipo de censura se acabó, pero resulta que no es así. Esta es la historia de una campaña de publicidad censurada.
La campaña inicial
Desde el principio de su lanzamiento, en el año 2012, etece ha utilizado una publicidad consistente en decirle a las políticos que les ofrecemos tiempo para realizar sus tareas domésticas, con el objeto de que lo puedan dedicar a temas más prioritarios. Con el objeto de continuar con esta misma línea, presentamos a Cabitel (la concesionaria del Ayuntamiento de Madrid) para la explotación publicitaria de las cabinas de teléfono dos nuevas creatividades.
Dichas creatividades siguen con la misma tónica anterior, esto es, dar tiempo extra a nuestros políticos para que lo dediquen a temas más importantes. En este caso, le dábamos tiempo a nuestro Sr. Presidente para que se ocupe de lo que sale en El Mundo y a nuestra Ministra de Sanidad para que se ocupe de la Marea Blanca.
Ambas creatividades se desecharon porque pueden ofender. El proceso, al parecer, como funciona es que si Cabitel detecta una publicidad “conflictiva”, se la presenta primero al Ayuntamiento de Madrid para su autorización. Al Ayuntamiento según parece no le pareció bien nuestra publicidad y nos “aconsejó” no publicarla.
Nosotros nos preguntamos a quien pueden ofender y por qué, puesto que son 2 temas que comentan a diario todos y cada uno de los periódicos de España. No decimos que esté bien ni mal, ni si tienen razón o no. Nosotros tan solo concedemos tiempo para que se ocupen de ello. ¿Por qué se ha de silenciar esos temas en publicidad? ¿Y a quien ofendemos diciendo algo que sale a diario en medios generalistas?
La campaña revisada
Como la primera versión no pasó la censura, nos lanzamos con una segunda versión. En esta segunda versión rebajamos el tono y quitamos aquellas palabras que creímos causaban los problemas (El Mundo y Marea Blanca), cambiándolos por darle tiempo a nuestro Presidente para solucionar los problemas del partido y a nuestra Ministra de Sandidad, para afrontar las protestas a los recortes sanitarios. Pues ambos conceptos también pueden ofender.
La campaña final
Esta es la campaña final, que como se puede ver tiene mucho menos gancho, ya que la hemos ido descafeínando a medida que nos la censuraban.
¿Existe de verdad la libertad de expresión en España? ¿Qué pensáis?
Fuente: etece.es
Hombre, pues claro que existe. Tenemos a un organismo público que se dedica a censurar anuncios y cualquier publicación supuestamente sexista directamente de los presupuestos generales del estado. Y esa gentuza funciona como los censores franquistas de los 50. Vaya pregunta.