Azcárate, pionero en la lucha contra la usura bancariaGumersindo de Azcárate, pionero en la lucha contra la usura bancaria
Azcárate, pionero en la lucha contra la usura bancaria
Gumersindo de Azcárate, pionero en la lucha contra la usura bancaria

Desde Economía Zero, queremos rendir nuestro humilde homenaje, en el día del centenario de su fallecimiento, a la figura de Gumersindo de Azcárate.

Padre e impulsor de la Ley de Represión de la Usura, de 23 de julio de 1908 -conocida como Ley Azcárate-, texto de relevancia tal, que a día de hoy continúa en vigor, sirviendo de fundamento de demandas y sentencias para la defensa de los consumidores en la contratación bancaria.

Como pequeña reseña biográfica, cabe destacar que, Gumersindo de Azcárate y Menéndez, fue un reconocido jurista, historiador, Letrado de la Dirección General de Registros, Catedrático de Legislación Comparada en la Universidad de Madrid, pensador y político español nacido en León, de madre gijonesa y padre leonés, en 1840.

Defensor de las libertades y derechos individuales, así como de los derechos naturales del hombre; adalid de la libertad de cátedra, hoy consagrada en el artículo 20 de la Constitución Española, le costó la expulsión de la Universidad en el año 1875.

Fundador de la Institución Libre de Enseñanza y primer presidente del Instituto de Reformas Sociales, fue elegido en 1886 diputado por León, ocupando dicho cargo hasta el año de su fallecimiento, en 1917.

Fue autor de un gran número de publicaciones sobre estudios económicos, filosóficos, sociológicos y políticos. Pero hoy, queremos centrar la atención del lector en la ya mencionada Ley de 23 de julio de 1908 sobre nulidad de los contratos de préstamos usurarios.

En Economía Zero, consideramos a Gumersindo de Azcárate como el precursor, el pionero en la lucha contra la usura bancaria.

Tras la Sentencia del Tribunal Supremo de 25 de noviembre de 2015 se acredita, aún más, la actualidad de una Ley que tiene más de 107 años de historia.

El carácter vanguardista de este texto legislativo no es casualidad. Es el resultado de la acción de los Tribunales contra las entidades bancarias usureras, a las que se les ha permitido todo tipo de abusos y malas prácticas contra los ciudadanos con total permisividad de los gobiernos que se han venido sucediendo en los últimos años en España.

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La ya citada Sentencia del Tribunal Supremo de 25 de noviembre de 2015, sentó jurisprudencia al declarar nulo un contrato de préstamo revolving, por tener asociados intereses usurarios, aplicando el artículo primero de la Ley Azcárate de 1908, que establece que “será nulo todo contrato de préstamo en que se estipule un interés notablemente superior al normal del dinero y manifiestamente desproporcionado con las circunstancias del caso”.

Para desgracia de nuestra sociedad – tristemente basada en el consumo-, el uso de estos tipos de productos usureros y leoninos (hoy llamados desproporcionados), está tan extendido entre los consumidores, que se ha terminado aceptando como habitual, que un préstamo al consumo tenga asociado un interés superior al 20 % TAE.

La imperiosa necesidad que asalta a las familias españolas para cubrir sus necesidades más perentorias, ha hecho que se haya multiplicado la contratación de estos productos basura, y que la mayoría de estas familias se vean asfixiadas por los intereses que les son reclamados por estos piratas financieros.

Wizink, Cetelem, Cofidis, Vivus, Carrefour, Santander, Caixabank, BBVA, Bankia o Banco Sabadell, son unos pocos ejemplos de las decenas de entidades que se aprovechan de los sectores más desfavorecidos de la sociedad, con la aquiescencia de los poderes tanto ejecutivo como legislativo y con la complicidad del Banco de España, que no han desarrollado un texto que prohíba estas prácticas usurarias.

Debido a las facilidades que el mundo digital y telemático nos ofrece, concretamente en este ámbito, para la contratación de todos estos productos crediticios, se hace especialmente imprescindible una protección tan fundamental como es la defensa de los derechos de los consumidores. El desequilibrio de fuerzas existente entre una gran empresa, como es una entidad financiera, y un consumidor, provoca que a este último se le deba garantizar una seguridad tanto jurídica como normativa adecuada a su situación de inferioridad respecto de las entidades de crédito. Y en base a este fundamento, legisló en su día Gumersindo de Azcárate.

De esta manera, desde Economía Zero, donde nos sentimos en total sintonía con la filosofía y la lucha de Azcárate, recordamos la figura de este destacado leonés, uno de los grandes intelectuales del siglo XX, promotor y defensor de las libertades del pueblo y pionero en la lucha contra la banca usurera.


Autor: Daniel González Navarro – Economía Zero

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