
Contrató siete veces con la cooperativa de Longares una permuta financiera, los conocidos como «swap», cuya cuantía fue aumentando hasta superar los dos millones de euros.
Los tribunales señalan que la entidad «no informó adecuada y suficientemente al cliente de los riesgos que asumía».
La complejidad de los productos financieros ha hecho que el «siempre gana la banca» pueda en ocasiones verse superado por un terrible «el cliente pierde seguro»: el Tribunal Supremo acaba de condenar al Banco Santander
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