La Plataforma de Afectados por las Hipotecas consiguió poner freno a dos desahucios que se están produciendo en la Región de Murcia.
En este caso volvieron a ser los municipios de Molina de Segura y Alguazas escenarios de los mismos.
Estos dos desalojos que no han podido ejecutarse por la comisión judicial eran para poner en posesión de las viviendas tras subasta a la CAM y BANKIA respectivamente.
Como en tantas otras subastas en las que no aparece postor alguno, las entidades que concedieron los préstamos se adjudicaron las viviendas por la mitad de su precio tasado en escritura pública.
«Tras muchos intentos de negociación con las oficinas, llegó el desagradable intento de desahucio pero la colaboración de la PAH evitó que estas familias con menores a cargo fueran desalojadas con una deuda de por vida», declaran.
La PAH se muestra una vez más en contra de estas injustas ejecuciones hipotecarias en las que no hay alternativa habitacional y tanto las entidades bancarias como los juzgados son conocedores de la situación familiar y de la voluntad de negociar un alquiler asequible para los ingresos actuales de las familias.
«El drama de estas familias aumenta con la frustración de verse doblemente ninguneadas en un proceso tan importante para ellas.
Por un lado el banco se niega a negociar alquileres de viviendas que tras los desahucios dejan vacías. Por otro, desde los juzgados se actúa con una falta de humanidad terrible, a la falta de notificación de fecha concreta de los desahucios se suman otras prácticas que van en contra de la seguridad jurídica debida.
Amparados en la legalidad, provocan con su falta de comunicación inseguridad y auténtico terror en las familias afectadas».
Desde la Plataforma de Afectados por las Hipotecas denuncia esta falta de alternativas para las familias al ya conocido problema de los desahucios agudizado con el paro y la crisis, y solicitan medidas que reestablezcan un equilibrio a la hora de atender a las ejecuciones hipotecarias, pues actualmente son las familias las que están soportando con mayor violencia las consecuencias de la «burbuja inmobiliaria».