El sonso demuestra que hay una nueva forma de gestionar el recurso.
Un cambio que ha permitido a los pescadores intervenir en el control de su propia pesquería, contando con asesoramiento científico y con la participación de administraciones y ONG.
Mauricio Pulido, representante del sector pesquero en la Comisión Permanente del Comité de Cogestión del Sonso por Barcelona, nos acerca las claves de su éxito.
¿Ha estado tradicionalmente aislado el pescador de la gestión de la pesca en nuestro país?
El sector ha estado totalmente aislado de la gestión pesquera. Todas las Administraciones, fueran del color que fueran, han consultado de manera formal al sector, pero nunca nos han escuchado, y muchos menos han buscado nuestra colaboración y participación.
¿Otra forma de pescar es posible en España?
Sin ninguna duda, sí, claro que hay otras formas de pescar, aquellas que tienen en la responsabilidad y la sostenibilidad su eje principal.
¿Cómo empezó todo? ¿De dónde salió el germen del cambio en el caso del sonso?
Desgraciadamente el origen fue una necesidad, la necesidad de que o poníamos en marcha una iniciativa claramente responsable que, por sí misma, garantizara las buenas prácticas en la acción pesquera, o Bruselas (DG MARE) cerraba la pesquería.
Para dar cumplimiento en 2006 al Reglamento de Pesca del Mediterráneo, nuestra Administración nacional no había presentado en plazo un Plan de Gestión donde se justificara la excepción del fondo, de la malla y de la distancia a la costa para un arte de tiro desde embarcación, como es el caso de la “sonsera”. De hecho en el año 2012 estuvimos sin actividad durante cinco semanas. Tiempo que aprovechamos para poner en marcha esta iniciativa pionera.
¿Por qué es pionera su iniciativa?
Porque es la primera vez que una pesquería se gestiona mediante un Comité de Cogestión en el que están involucrados las dos Administraciones (Central y Autonómica), el sector pesquero, los científicos y la sociedad civil, a través de dos ONG, como son WWF y Greenpeace.
¿Qué es la cogestión pesquera en pocas palabras?
Es la gestión compartida de un recurso público como son los stocks pesqueros. Lo correcto es que esa gestión compartida sea asumida por aquellos colectivos que tienen algo que aportar con respecto a la gestión, y por supuesto, desde mi punto de vista la Administración pesquera, el sector pesquero, los científicos y las ONG ambientales son actores necesarios e imprescindibles para hablar de cogestión.
Con este núcleo de colectivos dirigiendo la gestión del recurso, la responsabilidad y el control del cumplimiento están garantizados, ya que aparece un elemento ausente en el modelo de gestión tradicional, y es la corresponsabilidad del sector.
¿Cuál es el gran cambio que se ha producido en la pesca del sonso?
Que en nuestra práctica diaria hemos introducido todo esto que he mencionado anteriormente. Hemos pasado de la teoría a la práctica. Estamos demostrando, con nuestra praxis, que otro modelo de gestión y de gobernanza es posible. Que no es una declaración de intenciones, es una realidad.
¿Qué elementos han hecho de su plan de gestión un éxito?
El éxito de nuestro proyecto tiene varias vertiente:
La primera es que el grado de cumplimiento de los acuerdos que se alcanzan en el Comité de Cogestión es total, es decir, con la cogestión aparece el compromiso, la corresponsabilidad. Nuestros son también los acuerdos que se alcanzan. Y como nuestros que son, el nivel de cumplimiento es total. En caso de incumplimiento, la sanción sería inmediata.
Otra vertiente es que la ejecución real de algunas medidas que hemos establecido, como la reducción del esfuerzo, el cumplimiento estricto de las cuotas de capturas establecidas, la eliminación total del mercado negro han provocado una estabilidad tal de nuestra pesca, que han aumentado nuestros ingresos más del 100%, al tiempo que hemos reducido, también considerablemente el gasto, al estar en la mar muchísimas horas menos que antes de actuar dentro del Plan de Gestión.
¿Cuáles han sido los principales resultados de la cogestión?
Básicamente dos: una considerable reducción del esfuerzo pesquero, yo calculo que pescamos alrededor de un 50% menos. Y, en segundo lugar, un importante aumento de los beneficios netos, al haber aumentado el valor de nuestra pesca y haber reducido el volumen del gasto.
¿Qué papel han tenido las ONG, como WWF, en el cambio del modelo de pesca?
El papel jugado por la ONG ha sido y es decisivo, porque ellas también asumieron “riesgos” en un primer momento, entendiendo como “riesgo” el unirse a un proyecto en el que los pescadores (tradicionales “enemigos” de las ONG) también éramos protagonistas. Una de las cosas que personalmente valoro más de nuestro proyecto es que hemos destruido el mito de que ecologistas y pescadores somos dos colectivos irreconciliables, porque tenemos intereses diferentes.
Estamos demostrando que esto no es cierto, que cuando hay verdadera voluntad de pescar con respeto hacia con el recurso, nuestros intereses coinciden plenamente con ellos, porque no hay mejor defensa de los intereses de los pescadores, que la defensa de los intereses de los peces, porque si no hay peces, no habrá pescadores. Y este es el objetivo común: la defensa de los peces.
¿Y los científicos?
Los científicos llegaron a reconocernos su desconfianza hacia nosotros. Han sido tantos años de darles la espalda y de cuestionar sus conocimientos, que yo entendí su postura. Pero les pedimos una oportunidad y nos la dieron.
Ahora están entusiasmados con la Cogestión, porque ven como se ha hecho realidad una de sus aspiraciones: poder participar, aportando sus valiosos conocimientos, en un proyecto de gestión pesquera que tiene como Norte el garantizar el buen estado de las poblaciones de peces.
¿Qué recomendaciones haría a otros pescadores que quieran ir hacia la sostenibilidad?
Que no esperen, que no dejen pasar más tiempo, que lo único que garantizará su futuro profesional es la realización de buenas prácticas, pero no desde una perspectiva voluntarista e individualista, sino de manera organizada y planificada, entre todos: pescadores, Administración y entre todos aquellos que quieran aportar iniciativas que aseguren la continuidad de la pesca.
Yo sé que es difícil empezar, pero si no se empieza nunca se termina, así que el primer paso es hablar con los compañeros y crear un equipo para ponerse en contacto con los otros colectivos que conforman la Cogestión: Administración, científicos, ONG…
¿Qué grandes errores cometen los pescadores en España?
El principal error de los pescadores españoles es el mismo que cometen la inmensa mayoría de los pescadores del mundo entero, y no es otro que el de salir a faenar con la intención de capturar el mayor número de peces o de kilos posible.
Este es el principal error, porque, como profesionales que somos, la principal intención debe ser el de conseguir la mayor cantidad de euros posible, pero con una condición y es dejar el mar, dejar el recurso con la posibilidad científica de recuperarse, es decir, de reponerse del esfuerzo ocasionado con la pesca. Y esto solo se puede hacer si se pesca mediante un Plan de Gestión que planifique científicamente y con una perspectiva anual esto que acabo de decir.
¿Se puede extrapolar este modelo a otras pesquerías?
Claro que se puede. Y no solo se puede, sino que es fundamental hacerlo si queremos salir de la crisis pesquera en la que estamos inmersos hace ya demasiados años.
Muchos compañeros míos me dicen: “qué suerte tenéis porque vosotros si lo podéis hacer, pero nosotros no podemos porque estamos desunidos……”.
Y yo les respondo: “hace dos años (antes de actuar dentro del Comité de Cogestión) muchos “sonseros” hubieran dicho lo mismo que tú, es decir, muy pocos se imaginaban que esto fuera posible, y como puedes ver es posible. Solo hay que tener verdadera voluntad de quererlo hacer”.
¿Se han sentido respaldados en este proceso por las Administraciones españolas?
Sí, en verdad que sí. De hecho, como he mencionado al principio de la entrevista, el desencadenante de la puesta en marcha del Comité de Cogestión fue porque Bruselas nos cerró la pesquería, y aquí en España, las distintas Administraciones, tanto la autonómica como la central, entendieron enseguida que, efectivamente, la única posibilidad de que Bruselas aceptara que volviéramos a pescar era que diéramos el paso cualitativo que dimos, es decir, que creáramos el Comité de Cogestión como garantía de pescábamos con criterios de responsabilidad y sostenibilidad. Y así lo hacemos.
¿Y por las europeas?
Las Administraciones europeas fueron muy reacias a dejarnos volver a nuestra actividad. Como he mencionado, estuvimos cinco semanas parados, sin pescar. Pero con el argumento de peso que supone crear un Comité de Cogestión pesquera, o lo que es lo mismo: de sentar en una misma mesa a administradores, científicos, ecologistas y pescadores, ante esto Bruselas tuvo que claudicar.
Porque es tan grande lo que hemos hecho, tiene tal importancia, es tan revolucionario, que en la DG Mare entendieron que debían darnos una oportunidad, porque, efectivamente, si teníamos éxito con nuestro proyecto, esto sería un ejemplo y un referente de incalculables efectos.
Nosotros estamos demostrando que otro modelo de gestión, mucho más racional que el actual, es posible. Ahora estaría bien que Bruselas y las diferentes Administraciones nacionales sacaran buena lectura de nuestro proyecto, y lo situaran como referente a seguir en otras pesquerías y territorios.
Fuente: WWF España