
Un modelo permite predecir en qué regiones hay más riesgo de que el agua subterránea empleada para beber esté contaminada por arsénico, a partir del conocimiento del terreno y sin tener que analizar cada pozo.
Durante siglos, el arsénico fue empleado para matar emperadores, reyes e incluso familiares poco convenientes. No tiene sabor, olor ni color, y hasta el siglo XIX era muy difícil de detectar en las autopsias. Las mismas cualidades que lo convirtieron en protagonista de la historia
Continuar leyendo: Un español crea un sistema que ayudará a evitar el envenenamiento de 140 millones de personas